Dios Dijo:
Ten reverencia por la vida y por todos los Seres que comparten el Universo contigo. Ten reverencia por ti, pues tú también eres parte del Gran Diseño General.
¿Qué significa tener reverencia por la vida? Significa saber que la vida es un regalo maravilloso. No hay nada similar en la Tierra. El regalo de la vida dura poco tiempo. Es un regalo que das por sentado. Así se comporta la mayoría de los niños cuando sus padres les dan un regalo, ya que el niño supone que sus padres deben darle regalos. El niño tiene razón, pero aún así no tiene que dar nada por sentado. Cada aliento que tomas es un regalo, y los regalos, sin importar si te los han regalado por completo, no duran para siempre. Ni siquiera los diamantes duran para siempre. La vida en la Tierra en un cuerpo también es un regalo material, amado.
Yo soy como cualquier otro padre que quiere que su hijo valore todo lo que él o ella tiene. No hablo del agradecimiento cortés del niño. Para Mí está bien que Mis hijos tomen lo que les doy. Continúen haciéndolo, pero sepan que se les ha dado un regalo muy importante. Reconozcan todo el pensamiento y el cuidado necesario para elegirlo. Sepan que fue elegido teniéndolos a ustedes en mente. Piensen en todo lo que pasó al hacer el regalo. Piensen en lo que significó para quien te hizo el regalo.
Se te ha dado el regalo irremplazable de la vida. Y todos aquellos que recibieron la vida también son regalos para ti. No podría ser de otra manera. Reconocer el regalo de la vida que se te ha dado es también reconocer que los demás también son un regalo. La vida es un regalo, y una vida no es un regalo más importante que otro. Cada vida es única y valiosa y debe ser tenida en cuenta como tal.
Si pudieras realmente conocer la magnificencia de la vida, le harías una reverencia con alegría a cada persona que encontraras. Estarías muy feliz de compartir el Universo y de estar vivo en este momento con todos los demás que están vivos. Tu gratitud no conocería los límites. Amarías cada pájaro, hoja, y piedra. Amado, amarías. No existiría nada más que el amor. El amor en sí lleva un componente inmenso de gratitud. Quizás el amor es gratitud, gratitud encendida, gratitud en las cuatro hornallas.
¿Puede existir el amor sin gratitud? En todo caso, con amor y gratitud hay comprensión del valor. ¡Ay, amado, el valor que tiene valorar! No tiene precio.
¿Qué es un elemento si no es valorado? ¿Qué vale un elemento si no conoces su valor? ¿Qué valen los diamantes cuando crees que son vidrio? Incluso cuando sabes que los diamantes son diamantes, ¿qué valen para ti cuando su valor no tiene valor para ti? Es una buena idea que conozcas el valor de lo que tienes.
Cristo podría aparecerse ante ti. A menos que reconozcas el valor de la persona que está ante ti, ¿cuánto valor podrías adquirir? ¿Y qué darías, si dieras algo? No es que debas pagar un precio. Pero debes reconocer el valor de lo que y de quien aparece frente a ti. Si deseas tener y dar alegría en tu vida, es necesario que reconozcas lo que hay ante ti en toda su gloria.
En cada persona que encuentres, Yo estoy frente a ti. ¿Comenzarás a reconocerme y a reconocer el valor que le dado a la vida, no sólo en el Cielo, sino también en el mundo?
¿Comenzarás simplemente a amar?
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