14 oct 2009

Renta Básica Garantizada: Propuesta Utopica?


La Renta Básica es un ingreso pagado por el estado a cada miembro de pleno derecho de la sociedad o residente, incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre, o dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta, y sin importar con quién conviva.

La propuesta de la Renta Básica tiene antecedentes muy lejanos en el tiempo. Entre los pioneros podemos encontrar, entre otros, a Thomas Paine (1737-1809), Thomas Spence (1750-1814); y más recientemente, Joseph Charlier (1816-1896), que fue discípulo de Charles Fourier, Bertrand Russell (1872-1970) y George D.H. Cole (1889-1959), primer titular de la cátedra de teoría política de Oxford.

En el mundo actual de principios del siglo XXI, la pobreza aumenta sin cesar. Las diferencias entre los países ricos y los pobres es cada vez mayor, las diferencias entre los ricos y los pobres de los países pobres también. Algo que seguramente es menos conocido o más silenciado, es que las diferencias entre los ricos y los pobres de los países ricos están aumentando en los últimos años.

Nelson Mandela dijo: “La pobreza es obra del hombre y puede ser superada y erradicada por la acción de los seres humanos. Superar la pobreza no es un gesto de caridad. Es un acto de justicia. Es la protección de un derecho fundamental del ser humano, el derecho a la dignidad y a una vida decente. Mientras haya pobreza no habrá verdadera libertad.”
La Renta Básica es una opción social. Y como toda opción social de cierta importancia es conflictiva.

Erich Fromm también se declaró partidario de la renta garantizada, señalando que la esencia de la misma consiste en que:
Todas las personas, trabajen o no, deben tener el derecho incondicional de no morir de hambre ni carecer de techo. Recibirán sólo lo que necesitan básicamente para mantenerse, pero no recibirán menos. Este derecho expresa un nuevo concepto en la actualidad, aunque es una norma muy antigua, proclamada por el cristianismo y practicada por muchas tribus primitivas: los seres humanos tienen el derecho incondicional de vivir, sin importar si cumplen su deber para con la sociedad.
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El año pasado (2006) se invirtio en la industria de la muerte -la fabricación de armamentos- US$ 134 mil millones, un 45 % más que hace diez años, según el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz. En gastos militares los gobiernos invirtieron el 2.5 % del PIB mundial. Por cada habitante del planeta se destinaron US$ 202 a alimentar las bestias del Apocalipsis con misiles, bombas, minas y artefactos nucleares. En resumen: según la FAO, comparado con los gastos en alimentos, el valor consumido por los armamentos lo superó ¡191 veces!

Los Estados Unidos facturaron en el 2007 un 45 % de la venta de armas en el mundo. Este mercado hoy día es dominado por 41 empresas estadounidenses y 34 de Europa occidental. En los últimos diez años los gastos militares de los EE.UU. aumentaron un 65 %, sobrepasando todo lo que se invirtió durante la Segunda Guerra Mundial.

El hito más singular que jalona este avance se produjo en Brasil, donde el 8 de enero de 2004 la utopía se convirtió en ley cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva promulgó la Ley de Renta Básica de la Ciudadanía. Dicha ley garantiza que todos los brasileños, sin ninguna distinción, así como los extranjeros que vivan en el país hace más de cinco años, recibirán del Estado una suma suficiente para sus gastos esenciales, como alimentación, educación y salud. Se trata de un beneficio universal desde el nacimiento a la muerte, e incondicional, que abarca a ricos y pobres, sin excepción. Aprobada después de 12 años de larga tramitación parlamentaria, la ley nace no obstante con los pies sobre la tierra, bajo el signo del realismo: Se aplicará gradualmente a partir de 2005, de acuerdo con las posibilidades del presupuesto estatal y empezando por los más pobres.

En Cataluña, el consejero de Economía, Antoni Castells, manifestó el “firme compromiso de la Generalitat por avanzar hacia la redefinición de la actual renta mínima de inserción para que se convierta en una renta básica para todos los ciudadanos por el simple hecho de serlo”. Por su parte, el Bloque Nacionalista Galego reivindica la Renta Básica en la discusión sobre la reforma del Estatuto de Galicia.
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Tal vez, si ha habido tantos millones para apoya a los banco, puede haber para este programa.

Tal vez, si se disminuye 15 dias de los presupuesto para las guerras, puede haber para este programa.

Tal vez, si vivieramos como si todos somos UNO, puede haber para este programa,

La utopía está en el horizonte.
Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.
¿Entonces para que sirve la utopía?
Para eso, sirve para caminar
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E. Galeano

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