La teoría de las ventanas rotas es una inquietante teoría que trata sobre el contagio de las conductas inmorales o incívicas y que tristemente se puede aplicar a la actualidad y sobre todo al 2009, por ello es conveniente que la conozcamos para evitar caer en ella.
Se basa en un experimento que realizó Philip Zimbardo, psicólogo de la Universidad de Stanford en 1969:
Abandonó un coche en un barrio pobre, en el Bronx de Nueva York, con las placas de matrícula arrancadas y las puertas abiertas para estudiar qué ocurría. A los 10 minutos, empezaron a robar sus componentes. A los tres días no quedaba nada de valor. Luego empezaron a destrozarlo.
Abandonó otro coche en las mismas condiciones en un barrio rico de Palo Alto, California. No pasó nada. Durante una semana el coche siguió intacto. Entonces, el psicólogo dio martillazos a la carrocería y esto actuó como señal para los honrados ciudadanos de Palo Alto, porque a las pocas horas el coche estaba tan destrozado como el del Bronx.
Y de este experimento surgió la teoría de las ventanas rotas, elaborada por James Wilson y George Kelling: si en un edificio aparece una ventana rota y no se arregla pronto, inmediatamente el resto de ventanas acaban siendo destrozadas por los ciudadanos.
¿Por qué? Más allá de que el vándalo que todos llevamos dentro sale cuando tiene una oportunidad, antes o después según el control social y moral existente (poco en el Bronx, mucho en el otro barrio), el hecho es que simbólicamente la ventana rota envía el mensaje de que “aquí no hay nadie que cuide de esto”.
Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que todo vale nada. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos, cada vez peores, se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional.
¿Y si aplicamos esta teoría a la sociedad actual?. ¿Qué transmiten todos los medios de comunicación regodeándose exclusivamente en las noticias de crisis y violencia sin dejar espacio (es decir, ocultar) a iniciativas de cambio de paradigma o generosidad como el Papá Noel belga?
Desaliento, pesimismo, resignación o estallidos sociales que es fácilmente contagioso y peligroso. Parece que nos quieren abocar a todos a barricadas para luchar por conceptos de vida caducos.La respuesta de los estudiosos fue más contundente aun, indicando que, ante el descuido y el desorden, crecen muchos males sociales y se degenera el entorno
Y eso no lo debemos consentir. Debe quedar claro que se rompen unas ventanas y no debemos sembrar el caos, sino construir otras nuevas.
Y existen alternativas de vida más allá de este Sistema depredador en el que hemos vivido. Como hemos comentado: la crisis es una oportunidad para crear un modelos sostenible y otro trabajo es posible.
Incluso algunos han gritado: ¡Viva la crisis!.
Es tiempo de vivir “off the grid”, de simplificar nuestra vida, del menos es más, de banca ética, de abrazar la tierra, de ecoaldeas, de cooperativas de consumidores, de la energía de Tesla, de hacer juguetes con nuestras manos, de criar más y mejor a nuestros hijos, de proteger la lactancia materna y ayudar a las madres a mantenerla, de hacer nuestro pan y sobre todo de COOPERACIÓN y SOLIDARIDAD
FUENTE: Humanismo y Colectividad/colaboracion de Rogelio Hernandez Espinosa Mexico
No hay comentarios:
Publicar un comentario