5 mar 2011

Respiracion abdominal

La respiración abdominal o diafragmática es una de las prácticas más sencillas y beneficiosas
Nos permite relajar nuestro cuerpo y nuestra mente, afectando en forma directa sobre nuestras emociones.

Es la forma de respirar que traemos con nosotros al nacer y que, a medida que vamos incorporando pautas y limitaciones desde nuestra educación olvidamos, transformando nuestra respiración en una respiración alta y entrecortada que no fluye naturalmente.

Pasamos así, de una respiración baja que ejercita aquella porción de los pulmones donde se encuentra la mayor cantidad de alvéolos, a utilizar una porción muy pequeña de los mismos limitando la llegada de oxígeno.

Cuando respiramos superficialmente la cantidad de oxigeno que ingresa a nuestro cuerpo es muy limitada generando tensión y estrés. Con el paso del tiempo, esta respiración se hace un hábito y el mismo hábito refuerza el estado de estrés de nuestro organismo, lo que hace que poco a poco vayamos perdiendo nuestra capacidad de relajarnos y nuestra energía vital.

Una respiración abdominal y serena aquieta la mente y nos centra, ya que permitimos el ingreso de una gran cantidad de oxígeno a nuestro cuerpo, beneficiando entre otras cosas nuestro Sistema Nervioso.

Una respiración alta y agitada -en la que interviene una pequeña porción de nuestros pulmones- determina un estado mental y emocional que no nos resulta para nada favorable, llevándonos a estados de estrés e inestabilidad, acelerando nuestro ritmo cardíaco y nuestras pulsaciones, generando tensión muscular y un estado de alerta que no nos permitirá relajarnos.

.Respirando nuevamente:
Lo primero es retomar aquella forma de respirar con que vinimos y reeducarla concientemente, incorporándola en forma paulatina a nuestra vida cotidiana.

Inhalando por nariz permitimos que las fosas nasales filtren el aire que ingresa a nuestro cuerpo, aportando la temperatura y la humedad necesarias.

Al exhalar lo haremos nuevamente por fosas nasales, prolongando el tiempo de la exhalación. Si queremos obtener un mayor beneficio sobre nuestro Sistema Nervioso, prolongaremos la exhalación el doble de tiempo que haya durado nuestra inhalación. De esta manera será mucho más sencillo alejar la tensión psicofísica y obtener un buen estado de relajación.

Para comenzar:
Si no estamos habituados a respirar incorporando gran cantidad de oxígeno debemos ir haciéndolo gradualmente, ya que un exceso de oxigeno en nuestro organismo puede generar hiperventilación. Por ello es importante ir haciendo algunas respiraciones abdominales y después respirar como lo hacemos siempre mientras avanzamos en la práctica, para crear el hábito de la respiración abdominal poco a poco.

Es posible que en alguna oportunidad hayamos visto una situación de emergencia médica donde se asiste a un hiperventilado haciendo que inhale usando una bolsa de papel; esto hace que el ingreso de oxígeno se corte y el paciente logre salir de su estado.

Todo lleva un tiempo, por ello inicia tu práctica paulatinamente y sin excesos.

Sentados o recostados sobre una superficie cómoda colocaremos nuestras manos sobre la zona abdominal, a través de la palma de las manos podremos tomar un registro de nuestros movimientos abdominales.

Con cada inhalación respiraremos profundamente, dirigiendo el aire al abdomen en forma serena y llevando un ritmo lento. Centraremos la respiración en este punto, elevándolo y aumentando su volumen.

En la exhalación ve despacio, soltando el aliento poco a poco y sin entrecortar la respiración. Permite que el aire fluya hacia afuera comprimiendo el ombligo y llevando ahora el abdomen hacia la columna vertebral. De esta manera lograrás vaciar al máximo tus pulmones, barriendo residuos de anhídrido carbónico y preparándolos para recibir una nueva inhalación cargada de oxígeno.

En la inhalación el diafragma baja cuando el aire ingresa a los pulmones. Lo notamos porque el abdomen se hincha. Observa esto inhalando profundamente. Si no notas que el diafragma desciende y el abdomen aumenta su volumen tu respiración no es correcta.

En la exhalación el diafragma sube, notarás que el estómago desciende.

Sus beneficios:
Es, ante todo, un magnífico relajante para nuestro cuerpo y nuestra mente; utilizando mayor cantidad de oxigeno en nuestra respiración, logramos una mayor claridad mental.

Aumenta la capacidad pulmonar y la oxigenación del torrente sanguíneo.

Con cada movimiento de ascenso y descenso genera un masaje continuo estimulando nuestro sistema digestivo y excretor, contribuyendo –también- a dotar a la respiración de amplitud, relajación y ritmo.

Al reducir o eliminar los niveles de estrés fortalece nuestro sistema inmunológico.

Con los movimientos de ascenso y descenso de nuestro abdomen fortalecemos la zona de nuestro plexo solar relacionada con nuestras emociones (estomago, hígado, páncreas y glándulas suprarrenales; puntos de suma importancia durante una respuesta ante el estrés).

Claudia Alejandra Ingénito

http://caminosinsenderos.blogspot.com/2011/03/respiracion-abdominal-o-diafragmatica.html

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