Joaquín Tamames es un empresario que dirigió el área de fusiones y adquisiciones de Banco Urquijo hasta 2006, y de Banco Sabadell hasta 2010. En la actualidad trabaja como consultor financiero independiente, pero en el mundo de la espiritualidad laica, la solidaridad y el pacifismo es bien conocido como uno de los fundadores y patronos de
Fundación Ananta, que fue establecida en 2004 con el objetivo de difundir en el mundo de la empresa los valores de fraternidad y armonía.
¿Por qué el mundo de la empresa?
Porque veíamos que es un mundo absolutamente estresado que sin embargo tiene muchísimos medios económicos, y que si pudiéramos movilizarlo hacia los valores de la espiritualidad, sería una buena siembra.
Empezamos a organizar actos para que la gente se buscara dentro y empezara a vivir en armonía con sus valores internos. Luego se nos cruzó en el camino, una de esas coincidencias de la vida,
Colores de Calcuta. Nos vinieron a pedir dinero porque la fundación había financiado una ambulancia en la India. Pero el proyecto nos gustó como para convertirnos en locomotora del mismo. Hacemos todos los años un
Viaje solidario; este año han viajado 19 personas. La gente viene transformada, nunca han estado en India ni en un país tan pobre, y a todo el mundo le encanta el proyecto y viene con un cambio en ciernes; es un viaje interior sobre todo.
¿Qué más mueve la Fundación Ananta?
Es un proyecto que suma energías, recursos y sobre todo mucha solidaridad. Porque aunque es una gotita en el océano, hace que José Luis Capita, tres personas más y yo movamos a otras 25 personas que nos ayudan muy profesionalmente a movilizar a unos cien donantes fijos de entidades, más otros cien donantes ocasionales, más 50 personas que han ido a viajes solidarios, más 30 voluntarios que vienen a cooperar todos los veranos… Eso genera una comunidad donde el valor principal es la solidaridad, y convierte a Colores de Calcuta en un proyecto muy bonito que llega a mucha gente.
Junto a ello, estamos entrando en otros proyectos. Uno se llama “Bicis para la vida”: junto con Asociación de Minusválidos de Pinto y la Fundación Alberto Contador (el ciclista), hemos abierto un taller para que miembros de esta asociación se entrenen como mecánicos de bicicletas. Las bicicletas las conseguimos a través de Alberto Contador, y tenemos ya 400 que nos han donado, viejas y no tan viejas; las arreglamos y las mandamos a colectivos que las pidan. Es una forma de crear empleo. Y así vamos haciendo pequeñitos proyectos.
¿También hay una labor de activismo social?Pensamos que es importante denunciar ciertas contradicciones en la gran empresa. Recientemente he publicado una nota titulada
El pésimo ejemplo de Telefónica respecto de las estratosféricas indemnizaciones que se pagan a ciertos directivos, en este caso 24,7 millones de euros al anterior consejero delegado. No tengo nada contra este señor, pero en 2011 cobró 1,97 millones de fijo, 3 millones de variable, 600.000 euros de fondo de pensiones, 82.000 euros en especie y 90.000 en seguro médico. Total, 5,7 millones de euros de remuneración como alto directivo en 2011. Y el 14 de septiembre de 2012 cesó como consejero delegado amistosamente, recibiendo una indemnización de 24,7 millones de euros, para después ser fichado como vicepresidente no ejecutivo. También otros dos ejecutivos de la compañía, fueron indemnizados con 10,8 millones y uno de ellos posteriormente fue recontratado por la compañía para su Consejo Asesor Europeo. Es decir, que al que era alto directivo se le cesa, se le indemniza y se le vuelve a emplear. Todo ello en una compañía que en 2012 canceló su dividendo y cuya cotización ha perdido un 45% en cinco años. Y todo ello se decide sin que los accionistas opinen.
En Suiza se ha aprobado una ley que da poder a los accionistas de una compañía para aprobar o no esos pagos “especiales” a los directivos. El promotor fue un senador, Thomas Minder, que lleva 11 años trabajando en ello. Y es que cuando quebró Swissair en 2001, era un proveedor, y a pesar de la quiebra se indemnizó al consejero delegado de la compañía con 9 millones de euros.
Desde Ananta queremos hablar sobre estos temas que ponen descarnadamente en la mesa un enorme arco de desigualdad en la remuneración a las personas. No porque sea algo de tipo espiritual (que sí lo es en su alcance ético), sino porque rompe el contrato social. No puede ser que la gente esté malviviendo y ganando 900 euros al mes (sueldos de miseria) y que a un señor se le dé una indemnización de 24,7 millones de euros después de una remuneración ordinaria de casi 6 millones. Nos parece que son remuneraciones obscenas, y que si queremos realmente construir una sociedad mejor no podemos hacerlo basado en modelos en los que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Es un tema de justicia y de equidad, pero también de inteligencia si queremos que la economía de mercado continúe funcionando.
Ese artículo en Vozpópuli ha generado aprobación en muchos y ampollas en otros, suponemos.
Sí, a raíz de publicarlo me escribieron algunas personas en puestos de responsabilidad… Me comentaron, sí, tienes razón, pero esto no se puede decir en alto. Pero nosotros somos independientes y no vivimos de ninguna nómina ajena ni estamos en ningún ministerio, por lo que nos es más fácil opinar.
Entonces, ¿hay que hacer activismo social y denunciarlo públicamente?
En España es muy fácil hacer una crítica a los políticos pero con los poderes económicos es difícil. Telefónica es el primer anunciante y por ello los que viven de su presupuesto (que son muchos) deben ser muy cautos con lo que dicen. Siempre es la misma historia… y tenemos que tragar con esto. Seis millones de parados, sueldos de miseria y la gente sin poder llegar a fin de mes, y a un señor que está ganando 6 millones de euros le dan casi 25 millones porque sí.
Juan Villalonga recibió 23 millones de euros cuando cesó de presidente de Telefónica; Alfonso Cortina, 20 millones cuando cesó de presidente de Repsol… Son empresas privadas, pero parece razonable que, como en Suiza, sean los accionistas los que aprueben esas remuneraciones. Porque si no, los directivos se hacen dueños de las compañías, se protegen unos a otros y se pagan a sí mismos cantidades absolutamente injustificables. El contraste con un empleado normal, al que después de 30 años le dan un reloj o un “hasta luego” es excesivo. O, como se hace ahora, se le despide con un ERE que supone 20 días de sueldo por año y 12 mensualidades de máximo. En Estados Unidos se ha pasado del sueño americano a la pesadilla americana, porque allí las diferencias son estratosféricas. Llevamos camino de lo mismo y por eso pienso que es importante denunciarlo de continuo.
El problema que tiene ahora mismo la humanidad es la concepción del dinero, en el sentido de que para muchos es un fin, cuando lo que debe ser es un medio para hacer cosas (para construir humanidad, si me permites). En estos últimos cien años está chocando la fuerza de Acuario, que es la del compartir, con la de Piscis, que es la del egoísmo, del quiero todo para mí, que ahora es potentísimo. Lamentablemente, en gran medida los que no quieren compartir son las elites, los ricos. Como hay gente que no se autorregula, tendrán que venir desde fuera a regularlos, como ha ocurrido en Suiza. Eso es lo que queremos, que los accionistas tengan algo que decir, porque es muy sangrante la brecha entre los que acaparan todo y los que no tienen nada.
¿El capitalismo ya es incontrolable por la política y la sociedad?Lo que sucede es comparable con la parábola tan bonita de
El rico y la gran cosecha que hemos comentado en la web de Ananta más de una vez, es decir
la enfermedad tan humana de querer acumular más y más y más. El problema en realidad es la codicia, el egoísmo absoluto; los señores del capitalismo salvaje son codiciosos, lo quieren todo para ellos. Creo que tenemos que decirlo alto y claro. Cuando la codicia impera, lo anega todo. Ese es el problema del capitalismo salvaje y depredador, que pone al dinero como único fin, al coste que sea, es el becerro de oro. La alternativa no es el colectivismo, sino una economía de mercado regulada y autoregulada, al estilo de lo que ocurre en Alemania y los países nórdicos. Ahora estamos en esa lucha. Yo creo que el modelo nórdico es el ejemplo para la Unión Europea, y que más a largo plazo la Unión Europea puede ser un ejemplo para otras zonas del mundo.
Quizás en el mundo del yoga se tiende demasiado a la aceptación y la tolerancia… Pero las cosas se cambian con el empuje de todos, ¿no es cierto?
Pienso que cada uno, allá donde esté, debe intentar cambiar su pequeño entorno. Por ejemplo, en Fundación Ananta hace unos años éramos ocho y ahora somos 400. En vuestro círculo de Yoga en Red os ocurrirá lo mismo, que ese espacio se irá multiplicando. Y si vamos creando círculos que van consiguiendo espacio de influencia, pues iremos ganando batallas. Las batallas son lentas y cuestan. Hasta que las mujeres pudisteis votar pasó un montón de tiempo…
¿Y qué valores y espacios impulsáis además en Fundación Ananta?
Intentamos promover valores de espiritualidad sin hablar de religión. Hay una buena parte de la sociedad hambrienta de estos valores, y también hay otra parte despistada con el “supermercado espiritual”, que es inevitable, porque hay mucha gente buscando alternativas sanas y bonitas a lo que nos ofrece el consumismo y la depredación.
¿Cada uno en su vida diaria qué valores y actos debe cultivar?
Mi experiencia es que si tú estás ordenado internamente, tu mundo está ordenado, y al contrario. ¿Qué significa ese orden? Estar alineado con tu ser (alma o yo superior) consciente e inconscientemente. Si no tienes ese anclaje, esa alineación, y estás en el ego, eso implica mucho desorden. Ese debe ser el objetivo de toda persona y a lo que ayuda el yoga: la unión de la personalidad o yo inferior con el alma o ser superior. Y entender que esa unión me une a su vez con la Divinidad o el Ser Supremo. Ahí está toda la magia, en conseguir esa unión y en lograr volver a ella con la mayor facilidad posible cuando se desuna, que seguro que sucederá.
¿Crees que está habiendo una transformación en las personas?
Supongo que el pasar por la vida de la gente que está centrada es más armónico que el de la gente descentrada, porque es más coherente con nuestra realidad de seres espirituales. El problema es que muchas personas no saben qué son, y por ello andan perdidas en la incoherencia. Creo que la humanidad está en un proceso muy bonito de despertar. El nivel de consciencia a nivel individual es mayor que nunca; es decir, hay mucha más gente consciente en el mundo que nunca, debido a que somos una población de 7.000 millones, una masa crítica impresionante. Eso está generando cambios importantes que están costando mucho y seguirán costando. Pero hay que verlo a escala de muchos años, muchas vidas, muchas reencarnaciones; si no, estaríamos todos desesperados. Yo estoy optimista porque veo que se va avanzando…
¿Qué ejemplos de avance podríamos poner?
Si me lo permites, la seguridad social es un principio crístico (hacer el reino de Dios en la tierra), porque significa ayudar a la gente que lo necesita, sin coste y dándole salud, y si les das cariño además, más aún. La educación gratuita y universal es otro principio crístico; es dar un bien de primera necesidad a la gente y bien dado. Pues eso es lo que tenemos que hacer. Estamos mejor que hace 50 años, ¿no? Vete a Stalingrado en noviembre de 1942,, o a Bruselas en 1940, cuando la bombardearon los alemanes. El mismo proceso de la Unión Europea, que tanto se critica ¿es un proyecto espiritual o de la Europa de los mercaderes? Para mí, lo primero; significa que lo que antes era conflicto y guerra es cooperación y coordinación, y además una armonización sobre valores más altos como el no a la pena de muerte, sí al estado de derecho, al medio ambiente… Tiene muchos fallos, pero es un principio de unión, de yo ceder soberanía para poder encontrarme contigo en un punto superior en el que ambos hemos cedido una parte de nuestros privilegios.
¿Cómo ves el boom que hay ahora del yoga y la meditación?
Lo veo maravilloso y necesario, y va a ser más y más. Pero va a ser una lucha muy dura entre los que se aferran a una forma de ver las cosas por ignorancia o por interés y lo nuevo. El mensaje ya lo escribieron el Buda y Jesús, y está clarísimo. Lo podemos aplicar con mayor o menor pureza; seguro que todos tenemos incoherencias en nuestra vida porque es imposible ser puro al cien por cien.
¿Y en que síntomas basas tu optimismo acerca de que estamos en el camino de la transformación?
En general veo a la gente sana, solidaria. Cuando nos meten en la guerra de Irak la gente sale a la calle porque se da cuenta de que es un engaño; cuando nos intentan engañar con el 11-M, la gente se da cuenta y sale. Creo que esto significa que admitimos menos gato por liebre que antes y lo decimos. El objetivo sería conseguir una sociedad de librepensadores. Y creo que Europa es un continente de librepensadores, a pesar de todo. Ahora podemos opinar y manifestarnos en contra; solo nos queda ser capaces de cambiar las cosas. Por eso hay que empezar exigiendo a los poderes que acaben con esta farsa, con mayúsculas.
Envio de Carmen