Gracias por esta referencia, es maravilloso ver como la buena voluntad, el amor y el deseo entrañable del ser humano por unirse a su origen divino. Una cosa es pensar que por merito propio se puede llegar a aspirar a este estado de santidad. Si lo logramos fue por que El Hijo del Hombre fundió en su Ser todas las almas pasadas presentes y futuras para redimir nuestra débil naturaleza humana y rescatar para nosotros nuestra dignidad y origen divino como verdaderos hijos de Dios.¿Cómo fue posible? Pues El Jesús en acto de infinito Amor toma toda y cada una de nuestras debilidades para transformarlas a través de su vida actos humanos y divinos, pasión, muerte y resurrección para dar Gloria al Padre y lograr la redención. Creación, Redención y ahora Santificación para regresar a nuestro origen Divino. ¿Cómo? Dejando que en nuestra humanidad habite la Luz de Cristo y renunciar a tu ego y voluntad y con todas las potencias de tu ser dejar que sea El quien habite en ti para Tu en El El en ti llegar a ocupar que por sus méritos recibimos como verdaderos hijos de Dios renaciendo a nuestra Divinidad en El.
Gracias por esta referencia, es maravilloso ver como la buena voluntad, el amor y el deseo entrañable del ser humano por unirse a su origen divino. Una cosa es pensar que por merito propio se puede llegar a aspirar a este estado de santidad. Si lo logramos fue por que El Hijo del Hombre fundió en su Ser todas las almas pasadas presentes y futuras para redimir nuestra débil naturaleza humana y rescatar para nosotros nuestra dignidad y origen divino como verdaderos hijos de Dios.¿Cómo fue posible? Pues El Jesús en acto de infinito Amor toma toda y cada una de nuestras debilidades para transformarlas a través de su vida actos humanos y divinos, pasión, muerte y resurrección para dar Gloria al Padre y lograr la redención. Creación, Redención y ahora Santificación para regresar a nuestro origen Divino. ¿Cómo? Dejando que en nuestra humanidad habite la Luz de Cristo y renunciar a tu ego y voluntad y con todas las potencias de tu ser dejar que sea El quien habite en ti para Tu en El El en ti llegar a ocupar que por sus méritos recibimos como verdaderos hijos de Dios renaciendo a nuestra Divinidad en El.
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