Los desastres, las catástrofes, las tragedias y todo lo que te ha resultado perturbador en tu vida no es ningún error, ni tampoco un fracaso o un castigo que te ha impuesto el universo. El universo ni premia ni castiga - no se rige a través de normas duales creadas por el hombre. Esos tiempos difíciles fueron invitaciones para despertar, y lo que lograron fue que redujeras tu velocidad, que valoraras tu vida, que dejaras de distraerte y adormecerte a ti mismo, y que te hicieras preguntas más profundas y, en ocasiones, sumamente incómodas acerca de la realidad. Todo ello hizo que te orientaras de nuevo hacia lo que realmente te importa, que te comprometieras nuevamente con tu camino impregnado de curiosidad y con la interminable exploración de la forma y la vacuidad.
Sin los retos experimentados, sin las crisis que atravesaste, sin el dolor que sentiste, no habrías dado con la profundidad de lo que es ser humano, no habrías comprendido realmente la impermanencia de todas las cosas, y habrías seguido creyendo, en cierto nivel, que el ego es el rey supremo. Tu dolor evidenció la mentira acerca de la supremacía del ego y la ilusión acerca del control. Tus dificultades te salvaron de endurecerte y convertirte en un ‘yo’ sólido, y en algo que jamás podrías llegar a ser.
No hay errores, no hay 'problemas’ bajo esta perspectiva, sólo retos, invitaciones para despertar, y momentos de gran incertidumbre; sólo circunstancias que anhelan desesperadamente tu atención y tu amorosa presencia. No hay aberraciones en tu vida - sólo infinitas oportunidades para volver a orientar tu camino, para recordar lo que realmente eres con una mayor convicción, para tomar esta preciosa y frágil vida momento a momento, y sumergirte con mucha más profundidad en la gratitud y en un interminable asombro…
- Jeff Foster
1 comentario:
Gracias amigo, un excelente post, afortunadamente hoy existen muchos que están sintiendo estos cambios, aunque todavía falta mucho!!!
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