9 nov 2009

El 50% de tus Empastes de Amalgama es Mercurio!


Las sustancias metálicas que se utilizan para los dientes son una fuente constante de intoxificación y de reacciones alérgicas del organismo. Todos los metales se corroen con el tiempo, especialmente en la boca, donde existe una elevada concentración de aire y humedad. Entre otros metales perjudiciales, está el mercurio de los empastes de amalgama, enormemente tóxico. Y el problema es que más del 80% de la población española lleva empastes de amalgama metálica.
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La mitad de la composición de estos empastes es Mercurio (Hg), el metal no radiactivo más tóxico que existe, que se evapora a 20º y que su ingesta es fatal para el ser humano. Sus vapores llegan a los pulmones a través de la inhalación y penetran en el sistema digestivo al comer y beber. Cuando entran en la sangre y en el sistema linfático, pueden causar un daño importante en el cuerpo, incluido en el sistema nervioso.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe que señalaba que la cantidad de mercurio absorbida con los empastes de amalgama es hasta diez veces mayor que la del mercurio absorbido en fuentes ambientales y dietéticas. Cabe destacar que los pacientes que padecen esclerosis múltiple y Alzheimer tienen unos niveles de mercurio en el cerebro hasta diez veces más altos de lo normal. Los estudios post-mortem demuestran que el nivel de mercurio contenido en algunos órganos es directamente proporcional al número de empastes de amalgama de la persona que enfermó. En Alemania una ley aprobada a mediados de la década de los ´90 prohíbe a los dentistas poner empastes de mercurio.
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Por el mismo motivo la gran mayoría de países de Europa del norte han limitado la utilización de esta amalgama y España, Suecia, Austria y Dinamarca prohibieron el producto en al año 2000. Aún así, nadie garantiza que el dentista que te ponga un empaste no utilice material totalmente libre de mercurio. Es tu responsabilidad cuando solicitas este servicio asegurarte de que cumple con esta ley.
Se ha demostrado que el mercurio de las amalgamas se evapora de forma acelerada a nivel molecular con las comidas calientes, con los cítricos y ácidos, con el flúor de las pastas dentífricas, el bruxismo (rechinar de dientes), el tabaco, las drogas, al crear corrientes eléctricas con otros metales (puentes, empastes de oro, ortodoncias…), incluso con el electromagnetismo de móviles, televisores u ordenadores. La intoxicación se produce muy lentamente, durante años mientras se ingiere e inspira el mercurio evaporado, conllevando al afectado a una lenta caída de salud que entraña sintomas de depresión o desgana por la vida, cansancio y fatiga crónica, problemas digestivos, problemas respiratorios, asma, alergias repentinas, electrosensibilidad, fibromialgias, psoriasis, ataques al corazón, alzheimer, y un largo etc …
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Al ser una intoxicación tan lenta, ni médicos ni afectados relacionan síntomas con la puesta de las amalgamas, en muchos casos más de 20 años atrás. El más vulnerable al envenenamiento por mercurio es el feto en su fase de desarrollo en el vientre de la embarazada, que llega a acumular incluso más mercurio que la madre, y en cantidades directamente proporcionales al número de empastes de amalgama que lleva ésta. La liberación gradual y continua de mercurio y de otros metales tóxicos en el cuerpo a través de los empastes metálicos afecta especialmente al hígado, los riñones, los pulmones, y el cerebro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

... ¿y qué se puede hacer si ya se tiene un montón de mercurio en los dientes?

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