Todos sabemos cómo la orientación hoy más arraigada en sociedad y en la cultura es la que pretende hacernos creer que la felicidad consiste en tener: adquirir propiedades, cosas, lucrar, conseguir poder. Eso es producto de la estructura y cultura más estrictamente capitalistas y, sin embargo, lo consideramos como lo más natural. Ser egoístas, avaros, soberbios, dominantes, lo consideramos indicadores de nuestra identidad humana. Pienso que esta orientación es antinatural, pues la realización de la persona no está en el tener sino en el ser . Los grandes valores no se desarrollan en el servicio al dinero sino en ser justos y fraternos, crear relaciones de amor y liberación, no ser frívolos ni insensibles al sufrimiento ajeno, no vivir pendientes del reconocimiento y del aplauso social, dedicarse a satisfacer las necesidades primarias de los seres humanos y luchar para suprimir todo cuanto los hace sufrir. Esas son las señas que constituyen la auténtica identidad humana." Benjamín Forcano
Si consideramos que en el nivel más profundo de nuestro ser estamos todos conectados íntimamente en un campo unificado donde todos somos uno, es muy fácil comprender como nos influimos mútuamente. Y cuando contactamos este campo unificado del ser, avivamos esa unidad, esa armonía, y esa coherencia en la consciencia colectiva de la sociedad. Y al hacerlo, todos parecemos fluir juntos con más armonía." - Dr. John Hagelin
Tiene razón
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