Durante mi ECM (Encuentro Cercano a la Muerte), parecía como si estuviera conectada con el universo entero y con cada cosa contenida en él y parecía que el cosmos estuviera vivo, dinámico y consciente. Observé que cada pensamiento, emoción o acción que realizaba mientras me expresaba a través del cuerpo físico tenía un efecto en el Todo. De hecho en ese reino de la Unicidad, se sentía como si el universo entero fuera una extensión mía. Darme cuenta de esto, por supuesto, ha tenido un cambio dramático en la forma en que veo las cosas. Todos nosotros estamos co-creando este mundo y nuestras vidas dentro de él, a través de nuestras emociones, pensamientos y acciones.
El lenguaje no es una herramienta adecuada para expresar algo que no puede ser percibido con nuestros cinco sentidos físicos; así que es un reto encontrar las palabras correctas para expresar mi entendimiento de lo que sucedió durante mi experiencia. Sin embargo, trataré de hacer lo mejor en este capítulo para compartir tan claro como me sea posible, lo que sentí sobre este mundo, cómo nos movemos a través de él y cómo está cambiando para mejorar.
Primero, es importante entender que mi ECM no se parece a ningún otro acontecimiento que hubiera experimentado antes. No tuvo un comienzo ni un final claros. Se parecía más a una puerta que una vez abierta, nunca se vuelve a cerrar. Se inició un entendimiento vigente, progresivo y más profundo de nuevas posibilidades sin fin.
Debido a que las palabras son una herramienta pobre para expresar esta clase de fenómenos, lo que escribo aquí tiene el único propósito de mover las emociones apropiadas dentro de ustedes.
Aún después de compartir esto, mi propio entendimiento continúa creciendo y expandiéndose.
Palabras tomadas literalmente o tenidas como la última verdad pueden mantenernos estancados y atascados, apegándonos a viejas ideologías. Ahora sé que todo lo que necesito está ya contenido en mí y es completamente accesible, si me permito abrirme a aquello que siento es mi verdad… lo mismo es cierto para ustedes.
Antes de mi ECM, probablemente debido a mi cultura, yo solía pensar que el propósito de la vida era alcanzar el nirvana -es decir, evolucionar más allá del ciclo de reencarnación, de nacimientos y muertes, procurando no regresar jamás al mundo físico. Si yo hubiera crecido completamente inmersa en la cultura de occidente, a lo mejor hubiera estado tratando de llegar al cielo. Este es realmente un propósito bastante común, no importa la cultura: vivir de tal manera para asegurar una vida perfecta en el más allá.
Después de mi ECM, me siento diferente. Aunque sé que continuaré viviendo más allá de este plano sin tenerle ya más miedo a la muerte física,he perdido mi deseo de estar en ningún otro lugar distinto del que estoy ahora. Es interesante ver que me he anclado y enfocado mejor en ver la perfección de la vida en este momento, en vez de enfocarme en el otro reino.
Esto es ante todo porque el concepto de reencarnación en su forma convencional de una progresión de vidas, una tras otra, no fue apoyado durante mi ECM. Noté que el tiempo no se mueve linealmente, a menos que usemos el filtro de nuestros cuerpos físicos y mentes. Una vez que no estemos ya limitados por nuestros sentidos terrenales, cada momento existe simultáneamente. He llegado a pensar que el concepto de reencarnación es realmente sólo una interpretación, una forma con sentido para nuestro intelecto; toda la existencia está pasando al mismo tiempo.
Pensamos en términos del “tiempo transcurriendo”, pero en mi ECM, parecía que el tiempo simplemente ES y somos nosotros los que nos movemos a través de él. Esto significa que no sólo todos los puntos del tiempo existen simultáneamente, sino también que en el otro reino, podemos ir más rápido, más despacio e inclusive, hacia atrás y hacia los lados.
Sin embargo, en el plano físico nuestros órganos de los sentidos nos limitan. Nuestros ojos reciben lo que ven en este instante, nuestros oídos oyen en la misma forma. La mente puede sólo existir en un momento y luego ella misma une todos esos momentos para formar una progresión lineal.
Pero cuando nos derramamos de nuestros cuerpos cruzamos todo el tiempo y espacio con consciencia -no con la vista, oído, tacto, gusto u olfato. Somos pura consciencia.
He experimentado esto durante el estado de ECM. Estaba consciente de mi hermano en un avión viniendo a verme, de las conversaciones que los doctores sostenían fuera de mi cuarto y en el hall del hospital. Entendí muchos aspectos de mi vida futura, así como qué hubiera pasado si yo no hubiera regresado a seguir viviendo. Esto me mostró que el tiempo, el espacio y la materia sólida no siempre existen como nosotros normalmente pensamos. Durante mi ECM sentía que podía enfocarme en cualquier punto en el tiempo que yo necesitara.
Debido a esto, creo que cuando alguien ha vislumbrado lo que anteriormente era interpretado como “vidas pasadas”, realmente ha tenido acceso a existencias paralelas o simultáneas, porque todo existe al mismo tiempo. Y debido a que todos estamos conectados, es posible lograr estados de consciencia en los cuales podemos vislumbrar la realidad de otros, la cual puede filtrarse en nuestro momento presente, entrando en nuestra consciencia como si fueran recuerdos.
Mi nueva perspectiva me puso a pensar acerca de nuestro enfoque y propósito, sobre si la reencarnación y el tiempo en sí, no existieran de la manera en que se nos enseñó a creerlo como sociedad. ¿Qué sucedería si todas nuestras metas estuvieran patas arriba y fueran totalmente incorrectas? ¿Qué tal que el cielo o el nirvana estuvieran realmente aquí en la expresión física y no en el más allá?
Siento que escogemos reencarnar en un cuerpo físico para expresar amor, pasión y el rango completo de las demás emociones humanas que no están disponibles para nosotros por separado en el estado de pura consciencia y Unicidad. ¿Qué tal que la vida en este planeta sea el espectáculo principal, donde está la acción y donde nosotros queremos estar?
Esta realidad es un parque de diversiones para expresarnos. Pareciera que no estamos aquí para aprender o reunir experiencias para el más allá; pero esto no parece contener mucho propósito, porque no necesitamos nada de eso allá. En cambio, estamos aquí para experimentar y evolucionar este universo físico y nuestras propias vidas dentro de él.Tomé la decisión de regresar cuando me di cuenta que la vida aquí era el estado más deseable para mí, en este momento. No tenemos que esperar a morir para experimentar el nirvana. ¡Nuestra verdadera magnificencia existe ahora mismo!
La razón por la cual nosotros los humanos somos tan vulnerables y temerosos sobre este asunto es por haber creado nuestras ideas sobre la vida del más allá y sobre nuestros dioses en términos humanos. Le asignamos a estos conceptos las mismas propiedades físicas y los valores con las falencias que poseemos. Somos vulnerables frente a valores tales como el miedo, la retribución, el juicio y el castigo; y luego proyectamos toda nuestra fuerza y poder sobre nuestras propias creaciones.
Pero si todo tiempo y experiencia existen ahora mismo y nosotros estamos simplemente moviéndonos a través de ello mientras expresamos nuestra magnificencia en el mundo físico, entonces no tenemos nada que temer. No tenemos que vivir con ansiedad respecto al porvenir.
Podemos reconocer la energía de la que ya somos parte y podemos ser amor en cada aspecto de nuestras vidas.
Desafortunadamente continuamos buscando fuera de nosotros mismos respuestas a cuestiones relacionadas con religión, medicina, estudios científicos, libros y otras personas. Pensamos que la verdad está en algún sitio, aún esquivo para nosotros. Sin embargo, al hacer esto, sólo nos perdemos más y más, aparentemente moviéndonos fuera de quiénes realmente somos. El universo entero está dentro de nosotros. Mis respuestas están dentro de mí y las suyas están en su interior, también. Todo lo que aparentemente sucede afuera, está ocurriendo para detonar algo dentro de nosotros, para expandirnos y llevarnos de regreso a quiénes realmente somos.
A menudo uso la expresión ser infinito en lugar de términos como: ser más elevado, alma o espíritu. Con el fin de ser un poco más clara, entiendan que me refiero a la parte de mi que era consciente durante mi ECM, de que no soy sólo mi cuerpo sino la parte mía que sintió que yo era una con todas las cosas. Estaba fusionándome con consciencia pura como un ser infinito, magnificente, sintiendo la claridad de por qué estoy en este cuerpo y en esta vida en este punto del tiempo. Esta es también la parte mía que entiende que la ilusión de separación se crea al identificarse por completo con lo externo.
Creo que cuando dejamos nuestros cuerpos físicos, nuestros seres infinitos están todos conectados. En este estado de consciencia pura, todos somos Uno. Muchas personas han sentido está unicidad durante algunas experiencias espirituales intensas o estando en medio de la naturaleza. Cuando trabajamos con animales o tenemos mascotas, también lo sentimos. Algunas veces experimentamos sincronismos, la percepción extra sensorial y otros fenómenos parecidos, como resultado de nuestro ser Uno con toda la creación; pero debido a que la mayoría de la gente no es consciente de esto, no le sucede tan a menudo como podría ser.
En verdad, no soy mi cuerpo, ni mi raza, ni mi religión, ni otras creencias; los demás, tampoco. El ser real es infinito y mucho más poderoso –una entidad completa y entera que no se rompe o daña de ninguna forma. El infinito yo ya contiene todos los recursos que necesito para navegar por la vida, porque soy Uno con la energía Universal. De hecho, soy energía Universal.
Durante mi ECM, no había nada fuera de mi consciencia mayor porque yo era una con la totalidad de la energía Universal. Lo sentía como si yo abarcara la totalidad. En ese estado había total claridad y todo era conocido. Yo parecía volverme cada cosa y existía en cada una.
La habilidad de ver mi propia magnificencia y darme cuenta de que el universo y yo somos uno y lo mismo, causó mi sanación. Me volví consciente de que no hay una creación externa separada de mí -porque la palabra externa sugiere separación y dualidad. Vivir con esta consciencia me permite continuar interactuando en el mundo físico con fuerza, amor y coraje.
Para explicar esto desde otra perspectiva, aunque he estado usando la expresión “energía Universal”, puedo simplemente decir chi, prana o ki. Estas palabras significan “energía de la fuerza de vida” en mandarín, hindú y en japonés, respectivamente. Este es el chi en Tai Chi y Chi Gong y es el ki en Reiki. En síntesis, es la Fuente de la vida y esta corre a través de cada cosa viviente. De hecho, ella llena el universo entero y es inseparable de él.
El chi no tiene juicios y no discrimina. Fluye a través de nosotros sin importar si somos un gurú elevado o un molusco marino. Es útil pensar en esto, porque una vez que describimos la energía con una palabra diferente –como Fuente, Dios, Krishna, Buddha, o lo que sea- puede ser difícil para algunos de nosotros ver más allá del nombre que le damos. Estos términos significan cosas diferentes para distintas personas y también parece imponerle una forma al infinito. A menudo hay ciertas expectativas pegadas a estas etiquetas y muchas de ellas nos mantienen encerrados en la dualidad con el fin de que veamos esta energía como una entidad separada de nosotros. Pero la energía Universal, como nuestro estado de consciencia puro, necesita permanecer sin límites y sin forma para que pueda volverse una con nosotros y crear sanación, magia y milagros.
Extracto del Libro: “MUERO POR SER YO” de ANITA MOORJANI (Mar/2012)
Se puede ver en http://maestroviejo.wordpress.com/2013/10/03/muero-por-ser-yo/
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