16 feb 2009

El juicio

Cuando te descubras reaccionando con enojo en oposición ante cualquier persona o circunstancia, recuerda que sólo estás luchando contigo mismo.

Presentar resistencia es la reacción de las defensas creadas por viejos sufrimientos

Cuando renuncies a ese enojo, podrás entonces sanarlo y comenzarás a cooperar con el flujo del Universo.

Sin juicios que emitas y sin permitir que los juicios de otros te afecten, comenzarás a disfrutar una sanadora ligereza.
Al juzgar impones tu concepto personal del bien y del mal, a situaciones que simplemente son

Todo, absolutamente todo, se puede entender y perdonar, pero cuando juzgas, te apartas de la comprensión y anulas el proceso de aprender a amar.

Cuando juzgas a otros, sólo reflejas tu falta de autoaceptación.
Recuerda que cada persona a la que perdones aumenta tu amor hacia ti mismo, hacia los demás y hacia todo lo que te rodea.

Perdonar en realidad es aceptar al otro y a las circunstancias tal como son, sin expectativa alguna, sin juzgarlas y sin intentar cambiarlas.

Las personas ante las cuales tu reacción es más fuerte, sea de amor u odio, son proyecciones de tu mundo interior

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