Exactamente como en invierno, cuando debemos enfrentarnos al frío, nos vemos obligados a ponernos vestidos cada vez más densos, ¡desde la camiseta y la camisa hasta el abrigo!
Para retomar ahora el camino hacia arriba, el ser humano debe desvestirse, simbólicamente hablando, es decir despojarse de todo lo que le vuelve denso: en vez de tratar de acumular, debe aprender a renunciar, a desprenderse, a liberarse. La acumulación es la que favorece el descenso.
Cada pensamiento, sentimiento o deseo inspirado por el instinto de posesión, viene a pegarse a sus cuerpos sutiles como la escarcha sobre las ramas de los árboles en invierno.
Es necesario que el sol de la primavera vuelva a brillar para que se funda la escarcha y que el hombre vuelva a encontrar a su verdadero ser"
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