14 nov 2008

En Paz de Amado Nervo

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida, porque nunca me diste ni esperanza fallida, ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que si extraje la miel o la hiel de las cosas, fue porque en ellas puse hiel o miAñadir imageneles sabrosas: cuando planté rosales coseché siempre rosas.

Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno: ¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas; mas no me prometiste tan sólo noches buenas; y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.

¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

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