En primer lugar, se consideraba que la barbarie de pueblos inferiores como negros, indios y mestizos era consecuencia de la maldición pronunciada por Noé en contra de los descendientes de su hijo Cam, padre de Canaán (Génesis 9, 22-25).
En el primer libro de la Biblia se relata que Cam, quien era negro, cometió la grave falta para la religión judía de ver a su padre desnudo, tras haberse Noé embriagado con el vino producido por su propia viña. Por ese motivo Noé maldijo a su nieto Canaán, hijo de su hijo negro, a quien condenó a ser “siervo de siervos”, es decir a la esclavitud.
El anterior argumento bíblico sobre la justicia divina fue utilizado para justificar la esclavitud africana y, por extensión, racionalizar el genocidio de los pueblos americanos nativos. Este sustento religioso también sirvió para afirmar la idea de la supremacía de la raza blanca.
Específicamente, para efectos de determinar la representatividad electoral, la Constitución estableció que un afroamericano era equivalente no a un ser humano de raza blanca sino sólo a tres quintas partes de dicha persona .
En 1852, el clérigo Josías Priest recordó la anterior explicación divina de la condición de los afroamericanos. Los negros fueron “creados o producidos en un orden de intelectualidad inferior al de cualquiera de las otras razas... como un acto judicial de Dios”. Siempre estuvieron en una “condición degradada, tanto ahora como en todos los tiempos” y, por esa razón, se les “puso bajo la supervisión de las otras razas”
1 comentario:
integrantes de El Perello:
Les cuento que no hay día que no entre a ver el blog a ver qué es lo que publican. Y son notas tan maravillosas que reenvío a mis amigos todo lo que puedo.
Felicitaciones miles y gracias por tanta dedicación en página tan amorosa.
Felizz año para todos
cariños
Sandra
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