El 10 de mayo de 2007, el Parlamento Europeo admitió a trámite el requerimiento por parte de un ciudadano holandés, Erik Meijer, para que la Comisión Europea sobre Medio Ambiente diera explicaciones sobre la presencia en los cielos de estelas de nuevo tipo, dejadas por aviones, que duran horas y se propagan más extensamente que en el pasado, creando velos lechosos.
Desde hace más de una década, multitud de personas (entre ellas científicos, médicos y expertos medioambientales) vienen denunciando el fenómeno conocido como chemtrails, o estelas químicas, dejadas en los cielos, habitualmente en forma de cuadrículas, por aviones y que tras pasar unos minutos se dispersan formando espesas nubes. Un comportamiento muy diferente al de los contrails o restos dejados por la combustión del keroseno de los aviones que al poco tiempo desaparece sin dejar rastro.
Estudios realizados por científicos sobre el suelo, el aire y el agua de los lugares en los que se da este fenómeno, han revelado la existencia de sustancias altamente tóxicas en dichos elementos.
Miguel Jara, experto en salud, y que recientemente ha llevado a cabo una importante labor de denuncia en España contra el macrofraude de la gripe porcina, advierte en este vídeo sobre los posibles riesgos de las estelas químicas para la salud humana.
En la primera foto podemos ver (como en tantas otras ocasiones) como las estelas dejadas por los aviones se entrecruzan, formando una inmensa tela de araña o cuadrícula, que posteriormente terminan expandiéndose hasta formar, entre todas, una fina nube artificial. Un comportamiento muy diferente al de las estelas habituales de los aviones, mucho más finas y cortas, y que se evaporan a los pocos segundos, sin dejar rastro (compruebalo por ti mismo/a). Por otro lado, según nuestro colaborador, el número de estelas dejadas por los aviones esa tarde, en Valladolid, no se corresponde, ni de lejos, con el tráfico aéreo que sobrevuela la ciudad diariamente, que es mucho menor .
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