14 sept 2011

Marshall Rosenberg : Comunicacion no violenta



Comunicación compasiva desde el lenguaje del amor. Dar desde el corazón.

Vivimos en un mundo en que cada vez hay menos tiempo y paciencia para escucharnos o para realmente intentar de comprender al otro ser humano.
Cada uno exige “respecto” para su propia opinión, y no tarda ni duda en proclamar lo que personalmente opina. Queremos y necesitamos ser escuchados.Rosenberg piensa que nuestra forma de expresarnos contribuye a la violencia que hay en el mundo, y ha desarrollado una nueva forma de comunicar, la comunicación no-violenta.
Cuantas veces decimos/escuchamos frases como, “No seas tonto,” o “Tu problema es que nunca piensas en los demás,” o “No me fastidies.”
Según Rosenberg, estos son ejemplos de un lenguaje violento, “y es importante,” dice, “que tomemos conciencia de los juicios que hay por debajo de este tipo de frases que, en su aparente sencillez, lleva a una comunicación que nos separa el uno del otro, en lugar de acercarnos, algo que la comunicación pretende.”
Miramos la siguiente situación: Una mujer espera que su marido llega a las 9 para cenar. Él llega una hora más tarde, sin que haya llamado para avisar de su
retraso. Nada más que entrar por la puerta, ella le dice: “¿No habíamos quedado en cenar juntos? Nunca me escuchas. ¡Nunca tienes tiempo para mí!” Esto puede ir acompañado de portazos. Más que probable que el marido se enfada y se va. Adiós velada bonita y agradable.
¿Qué nos surgiere Rosenberg en una situación
similar? “En primer lugar,”
explica, “es importante de observar lo que pasa. Se trata de una observación pura sin emitir ningún tipo de juicio o valoración.” En este caso vemos que la
mujer y el hombre habían acordado de cenar juntos a las 9 de la noche. El hombre llega una hora más tarde y no ha llamado para avisar de su retraso.
Hechos. Después de observar eso, vamos al segundo paso, que es la pregunta:
¿Qué emoción te produce esta situación? Esto no es fácil, porque por lo general no tenemos mucha práctica en describir lo que sentimos. En la situación del ejemplo, es posible que la mujer diga: “No me siento escuchada.” Según Rosenberg esto no vale porque colocamos la causa con la pareja que ha llegado
tarde. En la comunicación no violenta se trata de describir tu propio sentimiento. En este caso la mujer podría decir algo como: “Me siento triste.”
Paso número tres es: ¿Qué necesidad básica se esconde detrás el sentimiento de tristeza? Rosenberg piensa que cada sentimiento es expresión de una
necesidad humana tal como aceptación, compartir o conexión.
En nuestro ejemplo podemos imaginarnos que la mujer tenía la necesidad de conectar con su marido, lo que se expresa a través de pasar el tiempo juntos.
Siguiendo el ejemplo, la mujer podía haberle dicho al hombre lo que siente,eventualmente seguido por una petición: “Me siento triste porque has llegado
una hora más tarde de lo que acordamos, y porque me gusta pasar tiempo contigo. ¿Te sería posible en el futuro de estar los viernes en casa a las 9, para que podamos cenar juntos?” Formulando una pregunta de esta manera, desde el “yo”, presentas el otro con una apertura, con lo cual la probabilidad que hará
lo que a ti te gusta es mucho mayor – en todo caso muchísimo mayor que cuando tu reacción es puro reproche.

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