La muerte no es nada, sólo he pasado a la
habitación de al lado.
Yo soy yo, vosotros sois vosotros.
Lo que somos unos para los otros seguimos
siéndolo.
Dadme el nombre que siempre me habéis dado.
Hablad de mí como siempre lo habéis hecho
. No uséis un tono diferente.
No toméis un aire solemne y triste.
Seguid riendo de lo que nos hacía reír juntos.
Rezad, sonreíd, pensad en mí.
Que mi nombre sea pronunciado como siempre lo ha
sido, sin énfasis de
ninguna clase, sin señal de sombra.
La vida es lo que siempre ha sido.
El hilo no se ha cortado.
¿Por qué estaría yo fuera de vuestra mente?
¿Simplemente porque estoy fuera de vuestra
vista?
Os espero; No estoy lejos, sólo al otro lado del
camino.
¿Veis? Todo está bien.
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