11 may 2010

Enseñanzas de Thich Nhat Hanh



El largo camino para la alegría

1] Tu ya llegaste. Por lo tanto, siente el placer en cada paso y no te preocupes con las cosas que todavía tienes que superar. No tenemos nada delante de nosotros, apenas un camino para ser recorrido a cada momento con alegría. Cuando practicamos la meditación peregrina, estamos siempre llegando, nuestro hogar es el momento actual y nada más.

2] Por causa de eso, sonríe siempre mientras andas. Aunque tuvieses que esforzarte un poco y sentirte ridículo. Acostúmbrate a sonreír y terminarás alegre. No tengas miedo de mostrar que estás contento.

3] Si piensas que la paz y la felicidad están siempre adelante, jamás conseguirás alcanzarlas. Trata de entender que ambas son tus compañeras de viaje.

4] Cuando andas, estás masajeando y honrando la tierra. De la misma manera, la tierra está tratando de ayudarte a equilibrar tu organismo y tu mente. Entiende esta relación y trata de respetarla Que tus pasos sean dados con la firmeza del león, la elegancia del tigre, la dignidad de un emperador.

5] Presta atención a lo que sucede a tu alrededor. Concéntrate en tu respiración eso te ayudará a liberarte de los problemas y ansiedades que tratan de acompañarte en tu camino.

6] Al caminar, no eres tu apenas que te estás moviendo, sino todas las generaciones pasadas y futuras. En el mundo llamado de real el tiempo es una medida, pero en el verdadero mundo no existe nada más allá del momento presente. Ten plena conciencia que todo lo que ya sucedió y todo lo que sucederá está en cada paso tuyo.

7] Diviértete. Haz de la meditación peregrina un constante encuentro contigo mismo; jamás una penitencia en busca de recompensas. Que siempre crezcan flores y frutos en los lugares donde tus pies toquen.

Nos recuerda Coelho:

Que Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia.

Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él.

Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.

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