El Concilio de Trento fue un concilio ecuménico de la Iglesia Católica Romana en periodos discontinuos, que duró desde 1545 a 1563. Tuvo lugar en Trento,que entonces era una ciudad libre regida por un príncipe-obispo.
Contexto histórico Desde 1518, los protestantes alemanes venían reclamando la convocatoria de un concilio alemán, y el emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico intentaba cerrar las diferencias entre católicos y reformistas para poder hacer frente a la amenaza turca.
En la Dieta de Worms (1521) se intentó zanjar las disputas, pero sin éxito: Martín Lutero (a quien Carlos I permitió que se convocara a dicha Dieta) acusó a Roma de ejercer la tiranía, y el Emperador se comprometió por escrito a defender la fe católica aun al precio de las armas.
En las Dietas posteriores, los príncipes alemanes, tanto protestantes como católicos, continuaron insistiendo en un concilio. En vista de la situación hubo grandes presiones del emperador sobre el Papa Clemente VII para que lo convocara, a lo que éste se resistía.
Al cabo, en 1529 Clemente VII se comprometió a ello, pero la oposición del legado papal en la Dieta de Augsburgo de 1530 retrasó de nuevo el proyecto. Sin embargo, el principal responsable de que no se llegara a convocar fue la férrea oposición del rey Francisco I de Francia, ya que para que el concilio tuviese éxito era necesaria la aprobación de la mayoría de los monarcas.
Dentro de la Contrarreforma, renovación que practicó la iglesia católica en su seno, El Concilio de Trento definió que: "Si alguno no confiesa que el primer hombre Adán, al trasgredir el mandamiento de Dios en el paraíso, perdió inmediatamente la santidad y la justicia en que había sido constituido, e incurrió por la ofensa de esta prevaricación en la ira y la indignación de Dios y, por tanto, en la muerte con que Dios antes les había amenazado, y con la muerte en el cautiverio bajo el poder de aquel que tiene el imperio sobre la muerte (hebr.2,14), es decir, del diablo, y que toda la persona de Adán por aquella ofensa de prevaricación fue mudada en peor, según el cuerpo y el alma. sea anatema"
Consecuencias del pecado Original:
1.- la pérdida de la gracia santificante.
2.- La Expulsión del paraíso (Gen 3,8)
3.- La pérdida de los dones preternaturales.
4.- La pérdida de la inmortalidad.
5.- El dominio del demonio (Hbe 2,14).
6.- La naturaleza humana quedo herida (inteligencia y voluntad).
Alejandro VI (1492-1503) por la bula Inter Caetera dirigida a los reyes de España determinaba: «por la autoridad de Dios Omnipotente que nos ha sido concedida en san Pedro y como Vicario de Jesucristo os donamos, concedemos, entregamos y asignamos a perpetuidad con todos sus dominios, ciudades, fortalezas, lugares y villas, las islas y las tierras firmes halladas y por hallar». Nicolás V (1447-1455) por la bula Romanus Pontifex hacía lo mismo a los reyes de Portugal. Les concedía «plena y libre facultad para invadir, conquistar, combatir, vencer y someter a todos los sarracenos y paganos en cualquier parte que estuvieren y reducir a sus personas a servidumbre perpetua».
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