La Carta de la Tierra es una declaración internacional de principios, propuestas y aspiraciones para una sociedad mundial sostenible, solidaria, justa y pacífica en el siglo XXI.
Promovida en el entorno de las Naciones Unidas y de sus organizaciones, ha sido traducida a más de 30 lenguas desde su lanzamiento en el año 2000. Desde entonces la Carta ha ido ganando difusión y reconocimiento en todos los países.
La declaración contiene un planteamiento global y conciso de los retos del planeta, así como propuestas de cambios y de objetivos compartidos que pueden ayudar a resolverlos. Está redactada en un estilo accesible y positivo.
Aunque abarca muchas áreas de atención y de detalle, su resumen es muy simple: todos somos uno. La Carta llama a la humanidad a desarrollar una visión universal y de conjunto en una coyuntura crítica de la historia.
La Carta de la Tierra no pretende ser la única respuesta posible a los problemas actuales de la humanidad, y tampoco ser exhaustiva. No obstante, al tener un contenido consistente, trabajado, fruto de un diálogo internacional muy amplio, goza de aceptación generalizada.
La Carta no ha nacido con el objetivo de ser un documento internacional más. Tratando de ir más allá de la teoría, se ha ido desarrollando a la vez un movimiento internacional plural, autónomo, que trabaja para poner en práctica sus principios. Esta red civil global es conocida como la Iniciativa de la Carta de la Tierra.
La Carta de la Tierra es el principal intento de redactar una Carta Magna o constitución del planeta.
La visión del documento muestra que la protección del medio ambiente, los derechos humanos, el desarrollo equitativo de los pueblos y la paz son interdependientes e indivisibles. Todos los problemas están relacionados: los ambientales, los sociales, los económicos, los políticos y los culturales, lo cual invita a promover soluciones que los tengan en cuenta conjuntamente.[2]
Por ello la Carta de la Tierra es ante todo una declaración solidaria, que habla de responsabilidad global, no sólo de ecología o sostenibilidad ambiental.
Es lógico que en la sociedad haya aspiraciones, perspectivas y visiones diferentes, de acuerdo a cada sector. La Carta llama a sobrepasar esas diferencias y a encontrar puntos de convergencia que aseguren el bienestar colectivo.
En definitiva, la Carta de la Tierra trata de proporcionar una base ética y democrática para la sociedad global del siglo XXI, sobre la convicción de que hay otras formas de globalización más allá de la pura lógica económica y del beneficio a cualquier precio.
El documento es una llamada de atención sobre la mentalidad irracional y egocéntrica de unos pocos, pero influyentes, que junto con la pasividad de la mayoría, está produciendo estragos sociales y ambientales a tal escala que se está poniendo en peligro el futuro de la humanidad.
La declaración hace ver que se puede vivir y disfrutar en la Tierra sin destruirla y sin causar daño a las comunidades y seres vivos que la habitan. "El proceso requerirá un cambio de mentalidad y de corazón", afirma el texto final de la Carta.
"La tierra no pertenece al hombre, es el hombre que pertenece a ella"
Leonardo Boff es uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, junto con Gustavo Gutiérrez Merino.En 1984, en razón de sus tesis ligadas a la Teología de la Liberación expuestas en su libro Iglesia: Carisma y Poder, fue sometido a un proceso por parte de la Sagrada Congregación para la Defensa de la Fe. En 1985 fue condenado a un año de “silencio” y depuesto de todas sus funciones editoriales y académicas en el campo religioso. Dada la presión mundial sobre el Vaticano le fue levantada la pena en 1986, pudiendo retomar algunas de sus actividades.
Estuvo a punto de ser silenciado de nuevo en 1992 por Roma, para evitar que participara en el Eco-92 de Río de Janeiro, lo que finalmente le movió a dejar la orden franciscana, y el ministerio presbiteral.
Es autor de más de 60 libros en las áreas de Teología, Espiritualidad, Filosofía, Antropología y Mística. La mayor parte de su obra ha sido traducida a los principales idiomas modernos.
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